Fue, sí.
¿Qué importa ahora?
Era una imagen aburrida
y perezosa sobre mi palma.
El gemido tenue y sordo
del agua muerta en un vaso;
de unos labios callados
que ya no besan;
de una sombra encerrada en la noche.
Fue silencio, brisa, ahogo, nada…
Algo olvidado,
que aún cabalga
sobre mis lágrimas.