¿Por qué?
Había sido todo tan precoz…
Vivió,
mientras el suspiro de un leve
suspiro
me decía adiós
con el pañuelo del viento.
Murió la tarde luego.
Y después
nada.
Todo fue olvido;
un maldito olvido
que tornaba siempre
con la mochila amarga
del recuerdo.