Serán mis besos espaciados y abstractos;
como lo es la luz oculta de tus dedos
como lo es la luz oculta de tus dedos
Murió la tarde...
(No la tarde de mis ojos)
Y quiso morir
mi vida
con ella.
(No la vida de mis manos,
que es muerte
en cada amanecer y respirar)
Quiso morir mi vida,
que no yo.
Quiso,
en un último intento
desesperado
de renacer el olvido,
abrir sus alas y percibir
hasta que palmo de tierra caliente
abrazaban.
Surgió Icaro de las cenizas,
buscando de nuevo
al sol...
Besando a la muerte
una vez más.
Pero no triunfó la traidora
entonces...
...no nació el alba.
Murió la muerta tarde,
y murió mi muerte con ella.
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