Saber… ¿Pero cómo?
Conocer… ¿Hasta dónde?
Sumergirme acaso en la infinitud de tu sonrisa, y hallar la razón única: el por qué de tus labios huyendo hacia las alturas. El por qué de ese molde perfecto, que da forma a sonrisas ensayadas.
Mas… ¿Y si encontrase por respuesta un sí?
No. La guardaré esculpida en piedra: perfecta hasta la muerte.