Ayer Me Tragué Una Mosca (III)

 

 Anoche, sin querer, me tragué una mosca. No la vi venir:  estaba bañándose en mi zumo y, ¡zas!, de un sorbo me la bebí. Lo peor no fue el sabor, que no estuvo mal, sino esta tos con hipo que me ha dado al terminar. Yo creo que la muy tonta sigue nadando ahí, y aprovecha el hipo para saltar en trampolín.