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17 julio 2009

Disertación sobre el Odio




Foto: El Odio, de Mathieu Kassovitz (1994)

Lo odiaba. Lo odiaba con igual intensidad que se ama a un hijo. No soportaba aquella capacidad omnipotente, aquel sexto sentido con el que podía predecir a diario su estado de ánimo, descubriéndole sus debilidades, sus miserias... Había conseguido, finalmente, anularlo como persona.

Una mañana, al franquear con desbocada ira aquella intangible barrera de miedo, concluyó estrellándose contra su propia realidad. Desde entonces ya sólo alcanza a intuir cómo la vida le observa de reojo, parapetado tras aquellas Versace ahumadas.

Afortunadamente jamás podrá constatar como aquel rostro, puntual como cada mañana, continúa sonriéndole con malicia tras la repuesta luna del espejo de su cuarto de aseo.







35 comentarios:

Alejandra dijo...

Una disertación no sé, pero un cuentito con un punto de mala uva... seguro que sí.
Siempre un placer leerte.

Muchos Besos.

Charlie dijo...

mm
me encantaron las descripciones !
el tipo era un espanto! y el final esta genial, me gusto mucho

ay ammo esa canción de Celine Dion :)

Amanecer dijo...

¿Pero realmente hay gente así por la vida?

Igual he hecho una pregunta tonta, pero es que el sujeto de tu microrrelato me ha dejado de piedra. Que bueno es tener la cabeza bien amueblada.

Un besito

Elba dijo...

Hola, Onminayas. Con tu permiso le diré a Amanecer que tipos como el de tu cuento te los encuentras en cualquier sitio. Por desgracia. Tu relato no creo que retrate ninguna personalidad patológica (creo) sino el problema que tiene mucha gente de no terminar por aceptarse a sí misma.

Por otro lado decirte que me encantó, como todo lo que escribes.

Abrazo grande.

Aurora dijo...

Hola Onminayas,
¡Vaya profundidad!. He necesitado releer tu disertación para captar bien lo que comunicas en tan breve relato.
Hablando de brevedad, he leído estos días "Mendel el de los libros" (57 páginas), si tienes oportunidad de revisarlo, creo que te gustará.
¡Buen fin de semana!,

Onminayas dijo...

¿y quién de nosotros, Alejandra, se resiste a poder aderezar su vida con un puntito de mala uva? No seré yo quién tire la primera piedra, tenlo por seguro.

Un placer tu visita. Besos.

Onminayas dijo...

Bueno, Charlie.S., no sé quién te pareció realmente peor, porque esta historia tiene dos protagonistas;

Pero no voy a ser yo quién juzgue las virtudes o miserias de cada uno. Sírvete tú mismo.

Un beso de Céline para ti.

Herodes dijo...

¿Este hombre no sería familia del protagonista de tu relato "El ultimatum"? Mira que me suena a mí el mismo punto de mala uva del que estais hablando. Ya me cuentas.

Onminayas dijo...

¡Ay, Amanecer! La vida me soporta con paciencia incluso a mí, que no seré como aquel hombre, pero que también tengo mi propio bagaje personal.

Besito también para ti.

Onminayas dijo...

Sí, Elba, creo que has dado en la tecla: es un simple problema de empezar a aceptarnos y a respetarnos a nosotros mismos. Es la base de toda convivencia. Y de la salud mental.

Abrazo mayor.

Onminayas dijo...

Saludos, Aurora. Bienvenida como siempre a ésta que siempre será tu casa.

Inmerecido pero hermoso halago el que me haces; ya he corrido a guardarlo en mi joyero.

En honor a la verdad te confesaré que a veces yo mismo tengo que releer decenas de veces mis propios escritos para ver si llego comprenderme, y en último término para comprobar si se entiende lo que os he querido transmitir. Extraña reflexión la mía, ¿verdad? Pero no puedo serte más sincero. ¿Motivo? Simple y escueto: habitúo a escribir relatos más extensos, donde suelo disfrutar explayándome y haciendo malabarismos con las palabras. Los microrrelatos no me permiten esta libertad, y realmente me cuesta horrores llegar a comprimirme en unas líneas (ya ves la parrafada que te suelto aquí). No obstante, como intenté explicar en mi entrada “El Por qué de un blog” (http://palabrasinsolentes.blogspot.com/2009/06/el-por-que-de-un-blog.html), mis escritos nacen de vosotros y a vosotros os son devueltos, por lo que tenéis libertad plena para captar lo que de ellos creáis entender, y para reinterpretarlos como os venga en gana.

Un abrazo. Buen fin de semana también para ti.

Onminayas dijo...

Hola, Herodes. Inquietante nombre. Te has colado mientras estaba respondiendo a los otros comentarios y casi te paso. No, es broma.

Realmente siendo este un pueblo tan pequeñito igual son parientes y todo. No lo había pensado, pero igual sí.

Un saludo.

Aurora dijo...

Muchas gracias, Onminayas, igualmente. Leí en su momento tu 'por qué' y creo que este medio producirá cosas interesantes.
Un abrazo también para tí.

Carlos Oliveros dijo...

dos personajes en una misma persona?

uff me gusta la historia, crei entender que se odia asi mismo y despues no....

es tan abierta la historia que da para un monton de interpretaciones.

Onminayas dijo...

Hola, Carlos. Son dos personajes, sí, aunque sé que lo he hecho un poco complicado. En realidad se odiaba a sí mismo, como tú bien has entendido, pero lo personificaba en su otro yo que habitaba tras el espejo de su cuarto de aseo. Un día arremete contra su imagen y de las heridas queda ciego. Sólo que al final la historia da un giro dotando de vida propia a su otro yo que sigue burlándose de él "tras la repuesta luna del cristal de su cuarto de aseo".

He acabado explicándolo porque creo que lo hice demasiado complicado.

Veo que aún de vacaciones no puedes resistirte a pasarte por tu blog. Esto es que engancha.

Un abrazo.

Alex dijo...

Que ingenio tienes para darle la vuelta a las cosas... jajaja... Visto y no visto, eh Voilà, donde estaba el huevo aparece la gallina. Genial! Por cierto, el hombre ciego andaba un poco tocado, ¿no?

Ramón García dijo...

He estado ojeando algunas de tus reflexiones.... Ahora entiendo mejor que a veces este sea el mejor medio para comunicarse, para decir lo que se siente sin necesidad de dar ninguna explicación... Me ha gustado.

Onminayas dijo...

Hola, Alex. Piensa un momento una cosa, ¿no es la vida en sí cómo tú la describes, un misterioso arte de birlibirloque? Por cierto, en cuanto a tú reflexión sobre el pobre dueño de las Versace, como ya dije antes respondiendo a otro comentario no sería yo quién tirase la primera piedra.
Agradecido por tu visita.

Onminayas dijo...

Hola, Ramón. Se me ha hecho larga la espera...

Bien, bien, bien... Como en una respuesta anterior comenté a Aurora, te remito al post donde reflexiono personalmente en este sentido.
Por cierto, creo que ya estás sobradamente preparado para iniciar tu bautismo de fuego. Resérvame el honor del padrinazgo (sin cargos económicos, por supuesto).
Un placer que por fín te hayas decidido a visitar mi casa. Un beso.

Gizéh Jiménez dijo...

GOSH!
ME encanto, escribes justo como me gusta leer. Hay cosas que leeo & es bueno aunque no por completo de mi gusto. Pero la manera en que usas las palabaras & lo que escribes es justo lo que me gusta leer. Quizá no me entendiste jajja yo si, bueno, me gusto. Sigo al pendiente. Cuidate

Onminayas dijo...

Bueno, Gizeh, entendí que te gustó...

Eso me basta. La interpretación que luego hagas, sobre el escrito para mí es lo de menos. La función ya la ha cumplido: llegó hasta ti. Ya puede descansar tranquilo.

Abrazo.

Anónimo dijo...

Pues muy interesante el texto... y el comentario de la explicación.
Puede que a veces hagamos los textos rebuscados pero así cada uno lo puede interpretar como lo siente, que también es interesante.

Besos

loose dijo...

Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Todos rellenamos vacíos y lo peor es que, a veces, lo hacemos echándonos tanta tierra encima que acaba por casi ahogarnos.
Es bueno tener siempre el espejo a mano.

Besines.

Onminayas dijo...

Pues gracias, Silvia, por tus agradables palabras.

Y llevas toda la razón: se cocina para los comensales, pero finalmente cada uno adereza el plato a su gusto.

Bsss

Onminayas dijo...

Sí, Loose, es bueno siempre tener el espejo a mano... Aunque algunas veces no nos guste nada de lo que veamos allí reflejado.

Bsss

Leni dijo...

Tremendo mirarte en el espejo y odiarte¡
Hay que quererse para querer a los demas.
Si no el reflejo crece como gigante.

Me encanta la fuerza que desprendes.

Besos

Deborah dijo...

Muchos tenemos un lado oscuro que queremos desaparecer..La bipolaridad es tremenda y esta entrada me refleja lo fragile que podemos ser cuando la mente o el trastorno nos traiciona de tal manera que parece ser una guerra con si mismo..Onminayas esta entrada pudiera ser el empiezo de un libro o una pelicula que no me perdiera por nada del mundo.Te vuelvo a comentar ..eres genial amigo .BESOS

Onminayas dijo...

Tremendo, Leni, ciertamente tremendo. No existían ya medidas para albergar aquel reflejo. Pero aquel sentimiento escapaba a la razón.

Besos.

Onminayas dijo...

Así es, Deborah... cuando se pierde la razón nos transforamos en marionetas de nosotros mismos.

Gracias siempre. Un beso.

Anónimo dijo...

En el libro que estoy terminando de leer "Ella que todo lo tenia" de Angela Becerra, hay un paralelismo con tu breve relato en cuanto a las charlas frente al espejo de la protagonista con su otro yo, el antagónico, el "chinche", el machacador...

Terrible el enfrentarse, sin querer, a uno mismo gritándote verdades que de ti no quieres ver. Pero más terrorífico es cuando te lo quieres inculcar... con la ira de "tu otro", cada mañana cuando te vas a afeitar... o depilar.

Espejo, espejito: a quién quieres más?

Un abrazo.
Geles

Onminayas dijo...

Hola, Geles. No sabes como me alegra tenerte de nuevo en casa. Con ese punto de ironía aderezando tus comentarios. Genial.

Pero la próxima vez quítate ese bigote de groucho que te regalé hace tiempo, y regálame tu nombre y tu espacio, tan hermosos ambos. No me seas más anónima.

Un abrazo, un beso, un sentir completo.

Anónimo dijo...

Te será concedida la solicitud, pero dame un poquito de tiempo a que me familiarice con esto..., a mi me sacas del Windows Live y me pierdo... y créeme que cuando te fuiste me vi un poco perdida. No te diste cuenta pero anduve dando gritos de auxilio aunque "nadie" me oía, ¿consecuencia?: Ahora estoy un poco afónica de pecho hacia dentro. Bueno, ya sé que no me entiendes o entienden -es lo habitual-, pero yo me entiendo.

La alegría de venir a tu casa es mía, o al menos mutua. Ya sabes, soy un poco tímida, y si no lo sabías ya lo sabes. Ese fue el "mediomotivo" de mi retraso en dejarte mi huella. Tantos amigos como tienes y tanta inteligencia derramada por tus suelos, me sobrecogía, pero cuando pude ver hoy la bi-presentación del corto de Marcos and Cia, tan solidaria y afectusosa... pues como sangre llama a la sangre... me atreví a dejar huella, ¡qué menos!. Y ya ves la consecuancia, ahora me vas a tener que decir: -"¡Paraaaaaa..., pesá!"

Me afeitaré, lo prometo, de hecho ya me quité medio bigote...

Muchos besos pucelanos-madrileños, malagueños.

Geles

Onminayas dijo...

Bien sabes, amiga Geles -y tú mejor que nadie-, que si de extravios hablamos, anduvimos entonces perdidos los dos. Y que como creo que me conoces algo, sabes que te soy sincero si te digo que te eché de menos mucho en este tiempo. Y no tengo que darte más explicaciones que ya no te haya dado.

Lo de Marcos y sus compañeros no fue corporativismo, sino un merecimiento que se ganaron a pulso por su buen hacer. Su corto es un magnífico y cuidado lienzo que no requiera de presentaciones; yo solo le coloqué un humilde marco.

Y ojalá tuviera que decirte "paráááá´", como tu bien dices... pero sabes que no soy tan prolífico como tú para engendrar sueños.

Te guardo el mejor sofá de mi casa.

Besos, todos.

mar dijo...

¿Somos duales?

Sí, yo lo soy.
Pero a través del espejo sólo veo mi reflejo, ojalá y en días como hoy puediera romperlo y meterme dentro.

Besos reflectantes.

Onminayas dijo...

Duales, bipolares, llámalo como te apetezca. Yo también pertenezco al club.

Pero no suelo mirarme mucho al espejo. Pues, al contrario que tú, no siempre encuentro al Onminayas que busco.

Besos.

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