Inmóvil.
Eras tú, entonces.
Inmóvil silueta,
vaga e insípida.
¡Levanta, tormenta!
Amorfa madre naturaleza.
Habita el sueño despierto
de quien reposa
en los ojos de la vida.
¡Levanta, tormenta!
Hiere, Piedra inmóvil,
mi sangre,
y desgarra el cabello
que corona mi cabeza.
¡Levanta, tormenta!
Acércate, muere y descansa.
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