Recuérdame cuando encamine
mis besos
hacia la tierra del silencio;
que ellos serán mi eco en la distancia.
Recuérdame dormido
junto a Ella...
Y acuna en tus sueños
mi frágil imagen, recostada
sobre su helado vientre.
Recuérdame
cuando las lágrimas tornen
en una triste lágrima
que engendre primaveras,
y cielos, y amaneceres,
allá muy por encima
de mi cuerpo deshojado.
Recuérdame entonces,
sólo entonces...
Recuérdame
cuando el solo recuerdo de la muerte
te haga recordarme.
13 junio 2009
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2 comentarios:
¡Qué escalofrío, Onminayas!:
"Recuérdame
cuando el solo recuerdo de la muerte
te haga recordarme".
Hola, G.Calderón.
Pues ahora que lo pienso sí que causa algo de repelús, sí... Será cosa de leerlo bien abrigado.
Gracias por tu visita. Vuelve siempre que lo desees.
Bsss
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