Foto: Brian Rykken - 2004
Te vas yendo muy despacio,
Primavera, sin saberlo:
igual que llegaste ayer.
¿Recuerdas? Fuiste sembrando
el sendero, siempre inhóspito,
de miradas que eran sies,
de caprichos, de locuras
que eran siempre bienvenidas.
Eras tú, aquella sonrisa
que tanto anhelé acunar
en mis labios.
¡Qué utópica hazaña!
Te vas ahora, bien lo sé.
Quizás sea ya tarde
para besar las palomas
de tus besos; las palomas,
palomas tristes y negras,
de tu hermosa frialdad.
Primavera, sin saberlo:
igual que llegaste ayer.
¿Recuerdas? Fuiste sembrando
el sendero, siempre inhóspito,
de miradas que eran sies,
de caprichos, de locuras
que eran siempre bienvenidas.
Eras tú, aquella sonrisa
que tanto anhelé acunar
en mis labios.
¡Qué utópica hazaña!
Te vas ahora, bien lo sé.
Quizás sea ya tarde
para besar las palomas
de tus besos; las palomas,
palomas tristes y negras,
de tu hermosa frialdad.
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